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Las flores salvajes mas respetables
nacieron un día en el desierto.
no ha de asombrarte que esta penumbra de abrazos
te lleve de la mano a donde cultivar tus ventanas
El cuerpo si se ofrece.
se pone entero, y es decir el alma;
el alma se derrama a fondo,
es decir con el cuerpo
Renazco otra vez en los azhares
que atraviesan el aire sin permiso;
el mundo está lleno de cosas que no me pertenecen y esas
son las únicas cosas de las que sentirse dueño
La esquina fue un indicio:
el deseo dibujó una curva donde jamás
volvería a verte,
una pared pintada que anuncia que vives, 
se esconde tras la derecha.
La esquina fue un presagio:
ahora, sabré donde esconderte

Todas las noches dejo, al borde de la tibieza, una ciudad que habito entre sombras. Repaso sus calles por última vez, con los ojos cerrado...