el pájaro que se nombró esta mañana:
"yo me llamo gorrión"-dijo
-y te lo digo torpe, con aleteos desordenados,
y escribo mi nombre en la arena
para que luego venga el mar y lo borre-
Pero se sabe:
no hay marea que impida
que el obstinado pájaro vuelva a nombrarse.
Espera como una gota de esa marea
que los siglos lo descubran
y que miles de años tengan
su talismán de buena estrella
Repite como un guerrero empecinado:
"Yo me llamo gorrión"
y nadie más
que otro que comprenda mi nombre
podrá renombrarlo